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La literatura y la naturaleza se han unido de una forma conmovedora en la reciente gala de los Premios Nobel en Estocolmo. El ganador del Nobel de Literatura 2025, el aclamado escritor húngaro László Krasznahorkai, ha sorprendido al mundo al dedicar su prestigioso galardón a una figura tan enigmática como simbólica: «el último lobo de Extremadura».

Este gesto no es casual, sino el eco de una profunda experiencia personal y literaria que llevó al «maestro del apocalipsis» a tierras extremeñas.

Un Viaje que Marcó una Obra

Krasznahorkai, conocido por su prosa densa y visionaria, visitó Extremadura en 2008, un viaje que fue fundamental para la creación de su libro «El último lobo» (publicado en 2009).

El escritor se embarcó en una misión para localizar el lugar exacto donde se cree que murió el último ejemplar de lobo ibérico en la región, una loba, en la Sierra de San Pedro.

Este recorrido, impulsado por un encargo de la Fundación Ortega Muñoz, lo conectó con la fauna, el paisaje y las historias locales. La experiencia dejó una huella tan profunda que él mismo ha llegado a confesar: «no he sido el mismo después de ese viaje».

La Dedicatoria que Pone a Extremadura en el Mapa Mundial

En la cena de gala de los Nobel, el autor recordó la belleza imponente de los paisajes extremeños y la intensa conexión que sintió con la naturaleza en su estado más puro y vulnerable. Su dedicatoria alude a la extinción, la culpa y la complejidad de la relación entre el ser humano y el mundo animal, temas centrales en su novela ambientada en España.

Este reconocimiento va más allá del ámbito literario. La mención de Krasznahorkai en un escenario de tanta relevancia internacional no solo honra la memoria del lobo ibérico y su significado en la cultura popular, sino que también sirve como un foco de atención global para la belleza natural y la riqueza literaria de Extremadura, una región que a menudo pasa desapercibida.

La Fundación Ortega Muñoz y Extremadura en general celebran este reconocimiento, que confirma que la belleza de su territorio puede inspirar las obras más importantes del panorama mundial.