CRONISTA OFICIAL DE ZARZA LA MAYOR
Cuando no eran las ocho horas de hoy, con una oscuridad propia de un día cerrado y lluvioso, nos disponíamos a viajar hasta Zarza, no encontrando la luz del día hasta bien rebasados enclaves como la Torre de Floripes, el Puente de Alconétar o el Castillo de Marmionda en Portezuelo. La lluvia, tan bien caída, nos ha acompañado en todo el trayecto y la estancia de cinco horas en Zarza ha estado colmada por una lluvia generosa que en nada ha impedido la empresa que hoy iniciamos.
Hemos pateado Zarza, muchas veces lo he hecho , pero hoy la sensación ha sido distinta.
Desde hace un tiempo teníamos preparada esta visita, para pisar el terreno, de forma pausada, ver, apreciar, tocar, vivenciar con serenidad las grandezas que encierra Zarza y que serán fruto de nuestro nuevo proyecto.
Desde que en el pasado junio fuí nombrado cronista oficial de Zarza la Mayor, un nuevo empeño ha rondado por nuestra cabeza, aunque el quehacer diario no nos ha permitido afrontarlo con la atención que merece. Pero ha llegado el momento de hacerlo y empezar.
Hoy con mi amigo José Antonio Ramos Rubio, compañero Cronista Oficial de la ilustre Trujillo, académico, doctor en historia y uno de los divulgadores más prolíficos de Extremadura (con más de 200 libros publicados) nos hemos acercado a la emblemática e histórica Zarza la Mayor para guiarle por la Villa, que ya conocía, pues en alguna ocasión ya realizó dignas publicaciones particulares y también formó parte del informe para la declaración de la Iglesia como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.
Esta visita va ser el inicio de un proyecto compartido, en el que ofreceremos a Zarza la Mayor un nuevo libro del cual como Cronista Oficial de Zarza me siento muy satisfecho por doble razón. En primer lugar por trabajar al lado de José Antonio y agradecerle que me haya elegido como su «escudero», pues el maestro es él en esto de la investigación; en segundo lugar, por colmar y seguir colmando el mayor de mis deseos en el ámbito cultural hacia Zarza, que no es otro que continuar con la tarea de divulgación que llevo haciendo desde hace tiempo.
Esperemos que el trabajo sea fructífero, a José Antonio y a mí, ganas no nos faltan, ganas en el deseo de que Zarza la Mayor cuente con una nueva aportación bibliográfica con el apoyo institucional.
Quedan días y meses de trabajo que «al alimón» iremos dando forma, pues en palabras de mi compañero José Antonio «Zarza ofrece históricamente mucho y verdaderamente, después de este paseo, quedo gratamente sorprendido por la relevancia de todo lo que atesora Zarza».
¡Manos a la obra!.
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