Nuestro artículo de este domingo de El blog del Cronista de El Periódico Extremadura ha estado dedicado a una de las joyas arquitectónicas e históricas del Valle del Jerte: el puente de Cabezuela.
Aunque la historia de este puente hunde sus raíces siglos atrás, su aspecto actual procede de los primeros años del siglo XX, cuando se estaba construyendo la carretera de Plasencia a El Barco de Ávila.
En aquellos momentos de inicios de la década de 1900, dada la función que debía cumplir esta nueva vía de comunicación, el puente entonces existente -por el que pasaba, desde hacía siglos, el Camino Real- fue objeto de una intensa reforma, añadiéndole materiales que hasta entonces no tenía (como hormigón armado o hierro) y ensanchándole, pues ya debía ser un puente moderno concebido para que, en un futuro no muy lejano, por él pudieran circular también los primeros automóviles, aparte de los carruajes y caballerías que eran -y siguieron siendo- los medios de transporte más habituales hasta bien entradas las tres primeras décadas del siglo XX.

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